Magdaleno Meza, poder, prisión y muerte
La mañana del sábado 26 de octubre de 2019, sería testigo de uno de los
asesinatos más dantescos que han ocurrido en Honduras, sobre todo porque se
documentó mediante un video cada detalle del horrendo crimen.
Las cámaras de seguridad de la cárcel el Pozo I, ubicada en Ilama, en el departamento de Santa Bárbara, recogerían con lujo de detalles cada movimiento de los actores que planificaron este mediático y polémico hecho.
La terrible grabación que inició a las 10:23 am, muestra al supuesto exdirector del centro penal, platicando con unos reos, mientras otro
policía penitenciario abre la puerta de una celda con la intensión de que los
seis pandilleros que aparecen en la grabación comenzaran a atentar contra la vida
de Meza.
Los primeros disparos en el cuerpo del narcotraficante no fueron suficientes para los asesinos de Magdaleno -ya que anteriormente había burlando otros atentados- el revólver cargado de municiones tenía la misión de vaciarse por completo en el cuerpo de Meza, quien además recibió varias puñaladas por dos de sus asesinos.
El fatídico momento que duró 56 segundos, también estaba un colombiano
llamado Fermín Isaza, quien salió despavorido por uno de los pasillos
de la cárcel el Pozo.
Tras el acto, los seis pandilleros, dos de ellos con cabellera
espantada, regresaron a su celda con la misión ya realizada, mientras que los
policías penitenciarios, en medio de ciertas advertencias y con tan solo sus
toletes en mano, solo presenciaron el terrible asesinato en una de las cárceles
que más pregonaban su máxima seguridad.
Lo irónico de este suceso, es que siendo unas de las supuestas prisiones más seguras de Honduras, los actores participaron en este crimen “armados hasta los dientes”, al utilizar una pistola automática (revólver que tenía reporte de robo desde el 2015) y armas blancas.
Después del hecho, el video comenzó a circular en las redes sociales,
donde algunos dudaban que la noticia se hubiera dado en Honduras. Sin embargo, German Mac Neil, subdirector del Instituto Nacional Penitenciario,
confirmaría a Diario El Heraldo que en efecto había sido asesinado Nery
Orlando López Sanabria, conocido también como Magdaleno Meza.
Horas más tarde, el Instituto Nacional Penitenciario, también
confirmaría la noticia mediante un comunicado. “De forma inmediata, se detuvo a
los presuntos responsables para ponerlos ala orden de las autoridades
competentes para realizar el proceso investigativo y esclarecer los hechos,
asimismo, deducir las responsabilidades del caso”, decía la publicación y como
si se tratase de una misión muy complicada.
Las hipótesis en torno a este crimen pueden ser muchas, pero la que más
suena es que Nery Orlando Meza, era el propietario de las narcolibretas que
tenía como principal evidencia el ahora sentenciado y hermano del presidente de
Honduras Tony Hernández. Un cabo suelto podría haber significado más problemas
para este cartel aseguran algunos expertos.
De hecho, el cambio de nombre por Magdaleno Meza, sirvió para intentar
burlar la justicia hondureña, quien tenía que responder por los delitos de almacenamiento
ilegal de armas, lavado de activos y uso de nombre indebido.
Las investigaciones revelaron que Magdaleno Meza era uno de los mejores
hombres de los narcotraficantes Valle Valle, siendo especialista en el envió de
droga desde la Mosquitia hasta Guatemala.
¿Por qué fue tan fácil el crimen?
“Eso es inaudito, porque los protocolos fallaron y hubo colusión de los
policías”, dijo el exdirector (no a querido revelar su identidad por un posible
atentado contra su vida) días después de ocurrido el crimen quien no pudo
justificar como hubo tanta libertad para los reos en obtener armas y permisos
para dialogar en los pasillos del centro penal.
Jorge Alberto Rodas Gamero, exministro de seguridad, también se refirió
al caso y condenó la forma como se vigilaba el lugar.” El error más grandes es
haber delegado funciones a policías y militares en los centros penitenciarios”.
Después de lo ocurrido, son muchas las voces que han hablado sobre este
caso, desde una advertencia que había hecho Carlos Chajtur, abogado de Meza, quien
aseguraba que la vida de su cliente corría peligro.
Por otra parte, Erika Julissa Bandy García, esposa del fallecido Narcotraficante,
también dice tener temor a que atenten contra su vida, donde hasta los derechos
humanos a través de su director, Hugo Maldonado, solicita cambiar de centro
penal a la viuda de Meza.
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